De acuerdo al programa, en el curso Filosofía de la Educación, se realizará una reflexión antropológica-filosófica sobre la esencia del hombre y su relación con la educación, se revisará este hecho (exclusivamente humano) en base a una pluralidad de enfoques filosóficos. El objetivo es la comprensión y valoración de la educación.
Para entrar en este propósito debemos conocer cuatro conceptos fundamentales. En primer lugar, educación es un fenómeno exclusivamente humano que consiste en un proceso de formación de personas. En segundo lugar, el hombre (el ser-humano) es una ser social capaz de pensar y reflexionar. En tercer lugar, cultura es el resultado de la interacción humana, es decir, es el modo de vivir que crea el hombre en sociedad. Y, en cuarto lugar, filosofía es la búsqueda de los principios, fundamentos o bases del conocimiento o actividad humana.
Es preciso delimitar los conceptos que se van a estudiar, por lo tanto, es fundamental manejar definiciones. Estas pueden ser dos: definición real y definición nominal. La primera consiste en definir el objeto tomando en cuenta su realidad, en cambio, la segunda toma en cuenta la palabra. Y existe otro tipo de definición: la definición nominal etimológica, la cual busca de dónde procede la palabra.
Entonces, podemos estudiar la palabra filosofía con su definición nominal etimológica, donde filo- (en latín: philia) significa amor, amistad, y sofía (sophia) significa sabiduría, por tanto, filosofía significa “amor a la sabiduría”. Es aquello que hace aquel que no tiene sabiduría, pues intenta tenerla. Una opinión contraria decía que la traducción era “esfuerzo a la sabiduría”, pero esta afirmación no tenía mayor fundamento.
Ahora en su definición real, encontramos dos significaciones. La primera, considera que la filosofía es una actividad intelectual, es decir, pensar. Y, la segunda, considera a la filosofía como un producto de esa actividad, es decir, un saber. Ambas definiciones no son excluyentes una de la otra, amabas dan énfasis a ciertos aspectos, pero ambas están unidas y relacionadas.
Basándonos en estas definiciones analicemos qué es saber, qué es pensar y cómo están relacionadas. Podemos decir que saber es un pensar. Por un lado, un pensamiento puede ser verdadero o puede ser un pensamiento falso. Para discernir uno u otro pensamiento es necesario contrastarlo con la realidad. Entonces, un pensamiento verdadero debe tener una adecuada correspondencia con la realidad, y, por el contrario, un pensamiento falso se reconoce cuando el pensamiento no corresponde con la realidad.
Por otro lado, el saber lo podemos clasificar en cuatro categorías. Primero, el saber cotidiano, popular o vulgar es el saber básico de cualquier otro saber, se caracteriza por ser un saber general, espontáneo, asistemático, experimental y que no exige verificación. Segundo, el saber científico se caracteriza por ser un saber sistemático, metódico y especializado, es decir, es un saber que hay que buscar para obtenerlo. Además, tiene que ser verificable, se debe comprobar los hechos al contrastarlos con la realidad. Tercero, el saber filosófico formula interrogantes que van más allá de los hechos, pues sobrepasan los límites de la ciencia; la trasciende. Éste saber no puede ser verificado. Por esto se valida a través del racionamiento. Y, cuarto, el saber religioso que va más allá del método y la razón, de manera que siempre quedarán en interrogantes sin respuestas satisfactorias. Este saber se apoya en la fe.
Estas categorías del saber no representan un orden de superioridad una de otra, pues cada una da énfasis a ciertos aspectos del saber que son igualmente importantes, sin embargo, podemos realizar ciertas apreciaciones: el primer saber y el último no tienen la exigencia de ser verificables y, por tanto, no tendrían mayor límite, en cambio, el segundo y tercer saber son limitados uno por el método y el otro por la razón.
Fabiola Sarmiento.
Para entrar en este propósito debemos conocer cuatro conceptos fundamentales. En primer lugar, educación es un fenómeno exclusivamente humano que consiste en un proceso de formación de personas. En segundo lugar, el hombre (el ser-humano) es una ser social capaz de pensar y reflexionar. En tercer lugar, cultura es el resultado de la interacción humana, es decir, es el modo de vivir que crea el hombre en sociedad. Y, en cuarto lugar, filosofía es la búsqueda de los principios, fundamentos o bases del conocimiento o actividad humana.
Es preciso delimitar los conceptos que se van a estudiar, por lo tanto, es fundamental manejar definiciones. Estas pueden ser dos: definición real y definición nominal. La primera consiste en definir el objeto tomando en cuenta su realidad, en cambio, la segunda toma en cuenta la palabra. Y existe otro tipo de definición: la definición nominal etimológica, la cual busca de dónde procede la palabra.
Entonces, podemos estudiar la palabra filosofía con su definición nominal etimológica, donde filo- (en latín: philia) significa amor, amistad, y sofía (sophia) significa sabiduría, por tanto, filosofía significa “amor a la sabiduría”. Es aquello que hace aquel que no tiene sabiduría, pues intenta tenerla. Una opinión contraria decía que la traducción era “esfuerzo a la sabiduría”, pero esta afirmación no tenía mayor fundamento.
Ahora en su definición real, encontramos dos significaciones. La primera, considera que la filosofía es una actividad intelectual, es decir, pensar. Y, la segunda, considera a la filosofía como un producto de esa actividad, es decir, un saber. Ambas definiciones no son excluyentes una de la otra, amabas dan énfasis a ciertos aspectos, pero ambas están unidas y relacionadas.
Basándonos en estas definiciones analicemos qué es saber, qué es pensar y cómo están relacionadas. Podemos decir que saber es un pensar. Por un lado, un pensamiento puede ser verdadero o puede ser un pensamiento falso. Para discernir uno u otro pensamiento es necesario contrastarlo con la realidad. Entonces, un pensamiento verdadero debe tener una adecuada correspondencia con la realidad, y, por el contrario, un pensamiento falso se reconoce cuando el pensamiento no corresponde con la realidad.
Por otro lado, el saber lo podemos clasificar en cuatro categorías. Primero, el saber cotidiano, popular o vulgar es el saber básico de cualquier otro saber, se caracteriza por ser un saber general, espontáneo, asistemático, experimental y que no exige verificación. Segundo, el saber científico se caracteriza por ser un saber sistemático, metódico y especializado, es decir, es un saber que hay que buscar para obtenerlo. Además, tiene que ser verificable, se debe comprobar los hechos al contrastarlos con la realidad. Tercero, el saber filosófico formula interrogantes que van más allá de los hechos, pues sobrepasan los límites de la ciencia; la trasciende. Éste saber no puede ser verificado. Por esto se valida a través del racionamiento. Y, cuarto, el saber religioso que va más allá del método y la razón, de manera que siempre quedarán en interrogantes sin respuestas satisfactorias. Este saber se apoya en la fe.
Estas categorías del saber no representan un orden de superioridad una de otra, pues cada una da énfasis a ciertos aspectos del saber que son igualmente importantes, sin embargo, podemos realizar ciertas apreciaciones: el primer saber y el último no tienen la exigencia de ser verificables y, por tanto, no tendrían mayor límite, en cambio, el segundo y tercer saber son limitados uno por el método y el otro por la razón.
Fabiola Sarmiento.